Álbum

M'estreno amb el tema del mes. Es tracta d'un viatge més en sentit figurat (vital o interior) que en el sentit estricte de la paraula.

I confeso que faig trampa, és un relat que vaig escriure fa temps inspirada per un concurs de microrelats, la meva afició a la fotografia i una visita a un ésser estimat a una residència d'avis. No és molt alegre, com la majoria del que escric, però li he agafat carinyo. Espero que us agradi.


Aquel niño era yo, plasmado en blanco y negro con mucho grano, en papel fotográfico, infinitos años antes. La vida era sencilla y brillante entonces. Casi no puedo reconocerme en esa carita sin la mácula del tiempo o la infelicidad. Luego una imagen de mis padres, mirándose con dulzura, enamorados como adolescentes, mientras yo y mi hermana corremos alrededor, con los brazos abiertos como si fuéramos pequeños aviones que sobrevuelan el soleado césped color esmeralda del patio de atrás. Después mi madre sola, sentada en la cocina, apretando un paño blanco, ocultando con una sonrisa triste su pena y su cansancio, no se separaba un momento de mi padre en su maldita enfermedad. Yo de nuevo, con Laura cogiéndome tiernamente de la mano, en la boda de mi hermana. Mamá sonriendo de nuevo, de verdad. Viajes y más viajes, gente que viene y va. Y ahí estoy en el cumpleaños de mi sobrino, ya sin Laura, enseñándole al niño a hacer un barquito de papel, mis sienes ya blanquecinas. Más cumpleaños, cada vez más espaciados, ya sin mamá, cada vez más envejecido, los sobrinos cada vez más mayores y mis ojos cada vez más ahondados, oscuros como el océano…

Y la última fotografía que veo es la de mis pies suspendidos sobre el suelo gris de linóleo, creando una sombra alargada en el cuadrado de sol reflejado que entra por la pequeña ventana de mi habitación del asilo. Buen encuadre. Mejor salir de escena con estilo. Mejor salir así, casi sobrevolando esta cárcel de desdichas, de seres arrugados y cansados donde nadie mira a nadie, todas las miradas evocando el pasado, entre adormiladas y anestesiadas, perdidas como la esperanza de su juventud.

Debe ser que, si has sido fotógrafo, tu vida en vez de pasar como una película ante tus ojos pasa en imágenes. Me parece oír el clic del obturador.

Se cierra el álbum.


I per acabar- vos d'alegrar el dia un altre viatge vital meravellosament narrat per Pixar, també comença amb una fotografia. És el magnífic inici de la pel·licula "Up":




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